Para comenzar la semana, quiero dejar aquí un vídeo que merece la pena ver.
El vídeo refleja el amor de un padre hacia su hijo. A pesar de la enfermedad del chico, no hay barreras para que disfrute de algo tan hermoso como es el deporte; unos 3 km nadando, 180 km en bicicleta y 42 km corriendo, es una dureza fuera de lo común, pero no fuera de lo común para un padre que quiere hacer disfrutar a su hijo y además quiere que lo haga junto a él.
Estoy segura que en los momentos en los que no pudiera más, miraba la sonrisa de su hijo y le daba aún más fuerzas para seguir. Gran ejemplo que ayuda a ser mejor persona y mejor padre. Si se cree y se trabaja, se puede.
No hay límites cuando una persona quiere hacer feliz a otra de corazón.
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